El perro, el amigo más fiel de la casa, también debe tener su seguro para que, ante cualquier imprevisto el dueño se encuentre cubierto y no tenga ningún problema económico para subsanarlo.
Los seguros para perros que se ofrecen tienen varias coberturas aunque depende de la aseguradora. Algunos de ellos no cubren las enfermedades. Aunque también depende de qué grado se elija a la hora de adquirir un seguro u otro. Es decir, hay un nivel básico y otro ampliado (cuyo precio asciende considerablemente). En el primero se cubren los casos más extremos, y en el otro se encuentra una variedad de coberturas más adaptadas a cada situación.
Entre las coberturas de la mayoría de los seguros para mascotas, especialmente para perros, son las siguientes:
• Robo: Esta es importante puesto que el dueño fija el valor (hablando monetariamente) que tiene su mascota, es entonces cuando impone una cantidad determinada que la aseguradora da al dueño en caso de que el perro haya sido robado.
• Responsabilidad civil: cuando empleamos este término hacemos referencia a los posibles daños que pueda causar la mascota y la responsabilidad que se toma sobre el asunto. Los seguros deben cubrir dicha cobertura en caso de una agresión como, por ejemplo, el daño a un tercer animal involucrado. Una característica de la responsabilidad civil como cobertura es que puede ser incluida dentro del seguro del hogar.
• Accidente: Durante cualquier paseo puede pasar un accidente en el que el animal resulte perjudicado. Normalmente suelen ser originados por parte de un agente externo (empleo de productos de higiene en el entorno urbano, irregularidad del terreno, etc). En algunos casos el perro debe asistir al veterinario donde pueden recetarle algún tipo de medicamento u ofrecerle un servicio de cura para el tratamiento de una herida. En este caso el seguro se encarga de cubrir el precio del servicio de urgencias y, en algunas ocasiones (menores), hacerse cargo de los gastos de los medicamentos. En el peor de los casos los dueños tienen que recurrir al sacrificio, pudiendo cubrir el gasto con el seguro.
• Pérdida. Cuando la mascota en cuestión desaparece, el dueño trata incesablemente de encontrarle. En esta situación nos encontramos ante una cobertura que se responsabiliza de la publicación de un número determinados de anuncios (ya sea en periódicos, revistas locales o radio) que faciliten su búsqueda.
• Enfermedad. Esta cobertura no suele ofrecerse en la mayoría de los seguros y, cuando es así, su precio suele ser considerablemente elevado. Sin embargo, resulta de gran utilidad cuando el perro cae enfermo y precisa acudir a diversas consultas y realizar pruebas con el fin de curarle. Es entonces cuando el seguro cubre dichos gastos. Aún así, los medicamentos no suelen ser cubiertos.
Datos a tener en cuenta:
• Los perros deben encontrarse identificados por medio de un microchip que se implanta en la clínica veterinaria.
• Para poder acceder a un seguro canino la edad del animal debe oscilar entre los 6 meses y los 7 años como máximo, en caso contrario no se podrá contratar ninguna póliza.
• Las vacunas deben llevarse al día sin obviar ninguna.
• A la hora de valorar su un animal es apto o no para encontrarse asegurado es preciso realizar una evaluación de su estado de salud.
En cuanto al precio suele variar dependiendo de la aseguradora aunque por lo general suele rondar los 60 euros anuales como mínimo llegando a los 200 en el caso de seguros ampliados con un mayor número de coberturas.
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